martes, 3 de noviembre de 2009

En Asamblea Diocesana

Juntos caminamos al encuentro con Cristo


Por P. Ernesto Silva Rodríguez


Los Agentes Pastorales, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas en experiencia pastoral, laicos y laicas, jóvenes y adultos, pertenecientes a los EPAPs, a los movimientos etc., nos congregaremos en la casa de encuentros Genesaret. El objetivo principal de este encuentro se centra en la observación de nuestra realidad social – religiosa, que está afectando nuestra Iglesia Particular, la presentación de la Evaluación 2009, además de los lineamientos inmediatos del año pastoral 2010.


Nuestro Plan Pastoral Diocesano requiere un esfuerzo de evaluación y de programación de la acción pastoral en orden a ciertos objetivos propuestos; evaluación que permite ver los avances, aprendizajes, dificultades y obstáculos. Decimos anticipadamente lo que hemos de hacer para alcanzar los fines que la misión evangelizadora de la Iglesia nos señala. Celebrar el año Sacerdotal y prepararnos para la venida del Señor Obispo que el Santo Padre Benedicto XVI designe para nuestra Iglesia particular.


Un Plan Pastoral sirve de ayuda para buscar y realizar juntos la voluntad de Dios; crecer en comunión, impulsar la renovación de nuestras comunidades, evaluar nuestra acción evangelizadora y, de un modo especial, para impulsar una Nueva Evangelización, con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones. Este responde a la invitación que nos hace la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida. En ella nuestros Obispos nos invitan a dar “una respuesta consciente y eficaz para atender las exigencias del mundo de hoy” (DA 371). Esto con el fin de favorecer “que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente, mediante el testimonio de los valores evangélicos, en la sociedad y en la cultura” (NMI 20). Para alcanzar este objetivo, el Plan Pastoral de nuestra diócesis debe proponer “indicaciones programáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes” (DA 371).


Un resultado de nuestros esfuerzos es la PRESENTACIÓN DE LA PROGRAMACION 2010. Las proyecciones pastorales de ese año tienen una fuerza coherente de la fase, ACOGER la PALABRA DE DIOS, REDESCUBRIRLA, LEERLA, ORARLA Y VIVIRLA. Queremos avanzar en nuestra opción por Jesucristo con la fuerza de la Palabra de Dios, que es Espíritu y Vida. Mirar que nuestras estructuras se vayan consolidando y las personas encuentren oportunidad en ellas para crecer como personas, como familias, como comunidad diocesana. Esta experiencia nos reafirma en la necesidad de poner los pies sobre la tierra para que nuestra programación sea coherente, factible y exigente. Camino animado por el Espíritu de Dios, que manifiesta su voluntad, presencia que nos debe llevar a ser animadores a asumir los nuevos retos y exigencias que conlleva nuestro proyecto.


Pensando en la Diócesis de Barrancabermeja, con la esperanza pronta de recibir al nuevo señor Obispo, nos toca asumir a cada uno, pastores y fieles, la exigencia de ser trasformadores de una sociedad como la de esta parte del país, de manera que pueda llegar a ser nueva, distinta, desde la fuerza del Espíritu que anima a la Iglesia. En este sentido Juan Pablo II hablaba de “una apasionante tarea de renacimiento pastoral que implica a todos.” Aquí hay un desafío para el discernimiento: qué se guarda y qué se deja del pasado, y qué se emprende o qué se abandona de lo nuevo de cara al futuro inmediato.


“Alabamos a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para promover iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la condición humana y el bienestar de la sociedad”. (DA 122)


Bienvenida nuestra Asamblea, el Pueblo de Dios necesita crecer en la fe y renovar su vida espiritual y pastoral caminando al encuentro del Señor Jesús.